Hace dos años no habíamos siquiera contemplado la posibilidad de un escenario tan nefasto como el vivido por la crisis socio-sanitaria provocada por del covid-19. Nos las prometíamos muy felices. La economía, más allá de sus cíclicos vaivenes, crecía. Avanzábamos a través del vórtice vital que nos conducía hacia nuestros anhelos. Súbitamente, con el latigazo que impone la realidad, todo se truncó.
Mirando con la perspectiva y serenidad que ofrece el tiempo, contemplamos la capacidad de resistencia que hemos tenido. ¿Seríamos capaces de enfrenarnos de renuevo a una situación similar? Con la mirada distópica, sin duda, tenemos la certeza de que no. Pero nos queda el aprendizaje o, quizás, solamente posibilidad de mejora.
Como músicos en activos, esto es, los que no estamos subvencionados y dependemos de nuestra actividad profesional diaria, tuvimos una impagable oportunidad de catarsis. De vivencias un cambio. En definitiva, de para y pensarnos.
Aquellos acostumbrados a la escasez se retroalimentaron con pérdidas. Aquellos que supieron leer el momento-ocasión, hoy son mejores.
La vida, no obstante, es un continuo flujo de opciones, de oportunidades y siempre es posible replantearse el status quo. El mundo musical requiere un cambio de actitud ante el cambio de paradigma que ya ha llegado, aunque muchos no parecen haberse enterado. Ya no basta con ser bueno, ni siquiera con ser el mejor. Además, hay que comunicarlo. Es más, hay que comunicarlo de una manera excelente.
Las redes sociales, sin duda, han transformado radicalmente la forma en la que el ser humano se comunica pero todavía vivimos engañados por su hechizo. Las redes sociales no venden. No son mucho más que un vistoso escaparate. Un escaparate acaso espectacular pero si intentamos entrar y no hay tienda, ¿qué estamos ofreciendo realmente?
Conviene revisar nuestra marca personal. Nuestras credenciales como músicos. Nuestra capacidad comunicativa. Hemos tenido 2 años para, en ausencia de otra actividad, haber reciclado conocimientos y adquirir nuevos. Hoy, sin duda, seríamos mucho mejores músicos, mejores profesores, mejores artistas, mejores personas.
¿Cuántos libros sobre empresa, finanzas, marketing, psicología, filosofía, comunicación, retórica, argumentación, copywritting, … pudiste haber leído en 2 años? ¿Habrías cimentado tu marca personal a través de la creación de tu web? ¿Cómo serían hoy tus redes sociales? ¿Cómo serías tú?
La pandemia nos ha ensañado que el tiempo no aprovechado se nos vuelve en contra. Pero la vida, por su parte, nos muestra que siempre pasa un nuevo tren. ¡No lo pierdas!
Marketing elemental para músicos expertos
Juan F. Ballesteros