Si eres músico y quieres vender un producto no pongas toda la carne en el asador de las redes sociales. La forma que de comunicarnos en el sigo XXI ha cambiado radicalmente y los modos de exposición y promoción, por tanto, también. Pero, si prácticamente todo el planeta tiene una cuenta en Facebook o Instagram, por citar solamente las más populares, ¿porqué tu producto o servicio solo lo ven unas pocas personas?

Las redes sociales más populares solo tienen un objetivo: vender. Y es lógico, loable y, si no incurren en ilegalidad, es también ético. Si tenemos claro esto, nos debe sorprender poco todo lo demás. El algoritmo que utilizan estas páginas está programado para que el impacto mediático sea el menor posible. Aunque tengas cinco mil amigos en tu red favorita, apenas estás llegando a unas cuantas decenas. Si te fijas, a los de siempre.

La forma que de comunicarnos en el sigo XXI ha cambiado radicalmente y los modos de exposición y promoción, por tanto, también.

Existe como sabes la opción de las publicaciones por pago a través de la cual puedes segmentar la audiencia en función del contenido de tu post. Como músicos, podemos elegir la ubicación donde queremos tener impacto, acotar por edad y, lo más cercano a algo útil, sementar por intereses.

Podemos hacer un círculo alrededor de una ciudad, un grupo de edad e indicar que la publicación llegue a quienes les interese la música clásica, los conciertos, el arte, etc… pero, ¿es eso garantía de que llegue a las personas que consideramos potenciales clientes?

Aunque tengas cinco mil amigos en tu red favorita, apenas estás llegando a unas cuantas decenas. Si te fijas, a los de siempre.

Si ofrecemos un curso de composición, ¿llegará a estudiantes o de manera genérica a cualquier persona profesional o no con intereses culturales y musicales? Un curso de orquesta, ¿focalizaremos entre los posibles clientes o recibirán también al impresión melómanos, miembros del club de fans de algún director o cualquier persona que haya mostrado en su configuración personal que le gusta la música?

Podemos seguir siendo ingenuos y pagar a Facebook o Instagram pero el verdadero foco a nivel usuario no repercute significativamente en nuestras ventas. Sumaremos visualizaciones, sin duda, pero entre ellas están las de tu madre, tu hermana y tu oculista quienes te tienen en gran estima pero no se matricularán en ninguno de tus cursos.

Te preguntarás porqué entonces grandes empresas destinan millones de euros al año en sus campañas. La respuesta es porque, si te fijas, las empresas que realizan estas acciones vendes artículos para toda la población mundial. Hawkers destina al día un par de cientos de miles de euros en campaña pagada en Facebook pero su producto lo usa toda la población mundial: gafas de sol.

Marcas de coches, ropa, viajes… son productos generalistas pero un curso de dirección de orquesta, proporcionalmente a la tasa de población mundial representa un índice de población interesada ínfima.

¿Qué harías tú como usuario? Si quisieras buscar un curso de composición, de interpretación, dirección…¿probarías suerte con el scroll de Facebook o Instagram a la espera de que apareciera el curso que se adapte a tus necesidades o quizás lo buscarías, por ejemplo, en Google? Supongo que lo segundo, ¿verdad? ¿Por qué no, entonces, no está tu anuncio allí?

Tu respuesta automática será que no quieres invertir en Google Ads para situar tu anuncio en la primera página de resultados, único sitio útil para que tengas una oportunidad de conversión (contratación de algún producto o servicio). Y sí, es una opción, pero piensa cuántos pueden estar haciendo lo mismo y, además, con un presupuesto mayor que el tuyo.

Te queda otra opción muy interesante y que solo tiene el coste de tu intelecto. De tu capacidad de explicarte. De tus ganas, en definitiva, de contarlo. Me estoy refiriendo al blog como herramienta de crecimiento expositivo en el gran buscador de Google. ¿Habías pensado alguna vez que tu inteligencia es más valiosa que el dinero?

Un blog te sitúa en contexto con tu producto. Te posiciona si eres capaz no solo explicar de la manera más amena posible aquello que ofreces, sino de estructurarlo a través de una herramienta poderosísima a la hora de comunicar: el copwritting o escritura persuasiva para convertir tus visitas en clientes. Una forma de escribir que trasciende el contenido y que vende. Utilizar palabras clave relacionadas que propicien que el SEO (Search Engine Optimization) optimice tu contenido y lo posiciones gratuitamente en Google. Dicho así parce muy simple y, en realidad, lo es. Se trata de que mejores día a día tu forma de comunicarte de manera escrita.

¿Habías pensado alguna vez que tu inteligencia es más valiosa que el dinero?

No te frustres si nadie te lee. Es lo más probable. Cualquier forma de aprendizaje que requiera un esfuerzo ya ha sido rechazo socialemente. Lo importante es que „lo lea“ Google y que sus  motores lo posicionen hasta las primeras posiciones de la primera página. Así, tendrás un camino muy avanzado hacia el éxito.

Recuerda, las redes sociales no venden. Son un mero escaparate que conviene cuidar, adornar, mantener siempre a punto. Un escaparate atrae compradores pero si abren la puerta y no hay una tienda, de poco te servirá. Si el escaparate es atractivo tendrás más probabilidad de visita. Pero si no hay tienda tu credibilidad on line decrece.

Tu tienda es tu web (hoy en día puedes tener una super web profesional por menos de 100€) y el blog de tu web, tu mejor agente comercial.

Marketing elemental para músicos expertos
Juan F. Ballesteros